Los sacrificios germanos

Ilustración sobre el Dísablót. August Malmström.

Es muy importante entender la mentalidad de cada civilización, la relación que estos tenían con sus creencias y cómo entendían su espiritualidad. Las religiones paganas exigían sacrificios a los dioses, los antepasados y cualquier ser sobrenatural. Hay que tener en cuenta que los germanos sacrificaban tanto en ceremonias comunales, como en pequeños actos familiares.

Con la llegada del cristianismo a cada rincón y la amenaza que estas creencias y ritos paganos suponían para ellos, los sacrificios fueron de las primeras cosas que intentaron suprimir e incluso transformar. En el año 601, el papa Gregorio I, le escribía una carta al misionero Melitón, reproducida por Beda el Venerable, que decía así:

[dile al obispo Agustín que] tras madura reflexión [..,] he decidido que los templos de los ídolos de esa nación no deben ser destruidos, aunque sí los ídolos que hay en ellos; purificad con agua bendita los templos, erigid altares y depositad reliquias […] para que aquellas gentes, al ver que sus templos no son destruidos, abandonen el error y, movidos por la familiaridad de los lugares a los que estaban acostumbrados, conozcan y adoren al verdadero Dios. Y como tienen por hábito matar bueyes en sus sacrificios a los demonios, hay que instituir actos solemnes que sustituyan esta costumbre, como por ejemplo que en el día de la consagración […] se les permita construir sus cabanas en torno al antiguo templo ahora dedicado a un nuevo uso, y que celebren la fiesta religiosa, no sacrificando
bestias al demonio, sino matando el ganado para comerlo dando gracias a Dios.

Aunque la idea principal era la de no destruir los templos, como ya sabemos, algunos fueron destruidos e incluso, sustituidos por iglesias cristianas.

El primer tipo de sacrificio del que vamos a hablar, es el parcial, donde el acto comunitario era incluso más importante que la propia ofrenda a los dioses, es decir, el festín. Por tanto, podemos imaginarnos la inmensa mayoría de los sacrificios germánicos. Debemos tener en cuenta que según el carácter de cada festividad y los seres a los que iba dirigido el rito, así eran las ofrendas, los actos rituales y las personas que se encargaban de ellos.

El siguiente tipo de sacrificio, el cual es muy común en otras culturas paganas, consistía en que el animal o el objeto a sacrificar, se entregaba a los dioses: la víctima se quemaba y el objeto se rompía, siendo así inutilizado.

Quizás el tipo de sacrificio más conocido por todos, puesto que es el más impactante, sea el sacrificio humano. Sí, había sacrificios humanos, pero no de la cantidad y brutalidad con la que todos creemos.

Lugares sagrados

Originalmente, los templos eran construidos en lugares naturales, como bosques, lagunas, árboles… aunque también se podían encontrar amontonamientos de piedras para formar algo parecido a un altar, a veces acompañado de un círculo de piedras.

Gracias a la toponimia, podemos saber que había dos lugares de culto geográficamente diferenciados: los que se encontraban cerca de poblados, en lugares accesibles y dedicados a las divinidades propias, pero también a algún dios el cual estos sintieran cercano teniendo en cuenta sus preocupaciones… y otros más alejados, colocados en lugares centrales para una población más amplia. Podemos decir que los primeros serían los lugares de culto de las aldeas, que reunirían a familias y clanes y en los segundos tendrían lugar las grandes ceremonias de la tribu.

Quizás uno de los lugares más conocidos por todos, sobretodo destacado en el sur de Escandinavia, sea el marcado con piedras formando la silueta de un barco. Algunos de estos lugares se utilizaron para enterramientos, pero en otros casos, estos lugares fueron el lugar destinado al culto de los dioses.

Tiempos de sacrificio

Debemos de tener en cuenta, que los germanos realizaban con frecuencia y sin necesidad de establecer una fecha determinada que sea importante, pequeños sacrificios familiares a las diosas y dioses de la fertilidad.

Aunque con menos frecuencia y seguramente con alguna fecha señalada o de importancia, también se reunían en centros de culto próximos, acudiendo a ellos varias familias y teniendo lugar sacrificios más solemnes. En estos cultos, se decidirían bodas, planes para el futuro, soluciones a problemas…

En fechas establecidas, coincidiendo con los ciclos naturales, se juntaban durante unos días los miembros de varios clanes y realizaban un gran sacrificio y banquete en honor a los dioses.

Hay que tener en cuenta que estas celebraciones no tenían simplemente un carácter religioso, también tenían un carácter social, puesto que reunían a personas de muchos lugares para, por ejemplo, solucionar los problemas que afectaban a toda la comunidad.

Todo esto, derivó en lo que llamamos thing o asamblea, que era el centro de vida política, social, económica y religiosa.

En los momentos de los equinoccios y solsticios, se celebraban fiestas especiales, debido a las cosechas. En invierno tenía lugar el dísablót o sacrificio a las dísir, por ejemplo. Hoy en día, podemos decir que «decidían» los sacrificios en invierno o verano, pero debemos tener en cuenta que para ellos era en función de cuando la naturaleza estaba más viva o más muerta.

Ilustración de las Dísir, divinidades femeninas. Emil Doepler.

Sabiendo esto, podemos decir que el verano era el tiempo de los dioses de la guerra, los viajes y la fertilidad, queriendo, con este último, el buen nacimiento de las crías, buenas producciones de los frutos y demás. El invierno, en cambio, era momento de los sacrificios familiares, el momento de «sacrificar» a la diosa para los momentos cotidianos de la vida y la muerte, las enfermedades, los trabajos, etc.

Por desgracia, es algo muy complicado realizar una lista de las festividades con sus fechas exactas correspondientes, debido al componente local, la variación de las fechas, las formas de llevar a cabo el ritual, los objetos a sacrificar…

Poco a poco vamos disponiendo de más información, pero, a mi parecer, nos será imposible saber cómo pensaban, actuaban o el por qué de los sacrificios, de una forma tan precisa y más teniendo en cuenta que partimos de una creencia poco estricta y sin leyes en ese sentido, puesto que no había nada escrito.

Bibliografía

  • BERNÁRDEZ, Enrique. Los mitos germánicos.
  • SAN JOSÉ BELTRÁN, Laia. Blog The Valkyrie’s Vigil.

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